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Blog Vive Sano

Cómo caminar correctamente con tacones altos

2017-11-20

Cómo caminar con tacones altos

Los tacones altos pueden ser los mejores amigos de una mujer, ayudándola a parecer más alta, esbelta y segura. Sin embargo, caminar con tacones altos puede ser un poco complicado, especialmente si no están acostumbradas a ello. Si su pisada es correcta al caminar es porque cumple tres fases fundamentales: empieza con la de impacto en la que el pie se apoya en el talón; sigue con la de apoyo, donde la planta del pie está en contacto con el suelo; y termina con la de impulsión, que es cuando el dedo gordo provoca el desplazamiento. Esos movimientos no se los puede ver porque los hacemos  todos los días rutinariamente cuando caminamos. Pero lo que sí es posible observar son los tacos desgastados de los zapatos cuando los pies padecen alguna enfermedad o alteración.

El uso constante de zapatos inadecuados, en punta o tacones, sobre todo en las mujeres, también va alterando la forma y estructura normal de los pies, más que nada en el antepié. Asimismo, sucede con las malas posiciones de estos dentro del calzado o por caminar sobre un piso irregular. El sobrepeso o las deformidades de los pies, agrega, pueden alterar el tipo de marcha, provocando dolor no solo en la columna vertebral, sino en las rodillas, caderas y tobillos. Eso sucede porque somos un solo cuerpo o eje cinético, y cualquier alteración en la marcha incide en otras articulaciones. Como ocurre, por ejemplo, en pacientes con artritis reumatoidea, que a causa de sus deformaciones en los pies sufren a futuro de dolor crónico en las áreas impactadas o desarrolla una artrosis en otro nivel.

¿Cuál es el taco adecuado para mí?

Siempre escuchamos que los tacones altos estilizan la figura y trasmiten sensualidad, el problema es que todo lo que puedan tener de bonitos lo tienen de inicialmente incómodos y poco saludables. A dominarlos, e incluso a llevarlos con estilo, se aprende con la insistencia y con el paso de los años.

Pero no hay tacón alto que no perjudique la salud de quien lo calza con frecuencia. Veamos por qué. La parte delantera del pie y, sobre todo, el talón soportan el peso del cuerpo, y con el uso de tacones elevamos la altura del talón, con lo que la distribución del peso cambia: cuanto más alto es el tacón, más se carga la zona delantera. De modo que con tacones de diez o más centímetros, casi todo el peso del cuerpo se ejerce sobre los dedos del pie, lo que acabará causando problemas a las usuarias.

Además, es frecuente que el zapato de tacón alto sea abierto y de empeine bajo, lo que hace que muchas mujeres elijan una talla más pequeña de la habitual con el fin de que ‘no baile’ el pie. El zapato se fija mejor, sin duda, pero al encontrarse tan ajustado aumenta la presión que reciben los pies. Esta irregular distribución de los esfuerzos del pie origina, además, una sobrecarga en el antepié, a lo que hay que añadir uñeros, juanetes y dolores en la planta del pie.

Pero, de todos modos, el perjuicio más grave causado por los zapatos de mucho tacón es que rodillas y caderas se articulan en semiflexión y cuando se intenta mantener estática la columna se produce una fuerte lordosis (excesiva curvatura del cuerpo) que derivará con el paso de tiempo en lumbalgias y artrosis vertebrales. Tampoco en el otro extremo, los zapatos del todo planos, está la solución. Las hoy casi imprescindibles bailarinas propician calambres, dolores musculares y contracturas por su nula elevación sobre el suelo.

El zapato ideal de mujer

El taco o tacón ideal

Además del tema de precio y diseño, hay que tener en consideración el tacón del calzado elegido, en realidad, basta con asegurarse de que tiene entre 2 y 4 centímetros, y que, si lo vamos a usar con cierta frecuencia o durante muchas horas, no supere los 6 centímetros.

La horma ideal

La horma es otro de los elementos clave del zapato, ya que es la horma la que debe adaptarse a la forma del pie y no al revés. Si el pie no entra con facilidad en el zapato, zapatilla o bota, hay que descartar su compra porque aunque acabe cediendo con el uso, la adaptación la hará a costa del pie y presionando determinados puntos del zapato que acabarán por deformarlo.

La suela ideal

La suela y el refuerzo, situados en la parte posterior del zapato, también han de tenerse en cuenta antes de elegir un calzado u otro. La suela será resistente pero flexible, para permitir el correcto movimiento de todas las articulaciones del pie. El cuero y el caucho sintético son los materiales más adecuados para las suelas del zapato. El contrafuerte ha de fabricarse con un material menos flexible, para que sujete bien el talón y proporcione la altura justa: por debajo de la articulación del tobillo. De lo contrario, el pie se moverá con dificultad y las articulaciones se resentirán.

Más allá de estas recomendaciones, cada pie es diferente. Como lo son las actividades que se efectúan a lo largo de la jornada: estar en casa, caminar, correr, otros deportes que requieren un calzado concreto. Los podólogos pueden ayudar a quienes necesitan un tratamiento mediante plantillas de corrección y nos aconseje sobre el tipo de calzado más adecuado para nuestros pies y nuestras diversas actividades con el fin de prevenir, eliminar o tratar posibles trastornos.

La información proporcionada en ese sitio sirve para apoyar y no para reemplazar la relación entre un paciente y su médico o nutricionista.

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Fuentes: Medline Plus y Eroski

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